Un septiembre más acudimos a la estación de Manzaneda para una de las citas habituales del año: Penedos do Lobo. Esta edición 2011 fue algo distinta a las anteriores: éramos menos, se cambió algo el recorrido, había biciclistas, y además apareció un invitado inesperado: el frío.
Ya la noche estuvo «fresca» y con niebla, pero al levantarnos comprobamos que hacía un biruje de cojones. Nos vestimos para ir desde los bungalows hasta la zona de salida, pero allí nos entró la duda de qué ropa llevar: ¿salir con chaquetilla y cargar después con ella?, ¿ir de machotes y salir a pelo? Como confiábamos en que la mañana abriría, y como vimos que había mucho gallito en camisetita (aunque también mucho precavido con ropa de abrigo), elegimos la opción machote ibérico.
Y así, a las 8:00 empezábamos a correr. Aunque en la web de la carrera aparecía un perfil algo distinto (no sé por qué), la primera parte del recorrido era como siempre: un sube-llanea-baja por cortafuegos, luego unos kilómetros de pista ancha llevadera, después una zona algo más rota con repechos (donde nos separamos NU y yo), y en menos de 1h te ponías en el cruce de la carretera.
Ahora tocaba descender un ratito para llegar a la base del temido cortafuegos, y a caminar durante un buen rato. Este año no se me hizo largo, sin embargo, el tramo siguiente, de hierba espesa y húmeda en sube-baja continuo, se me hizo eterno. La niebla era muy densa, tanto que pensé que iba sólo, y cuando hubo un claro vi que llevaba un montón de peña a 20m por delante y por detrás. Y el frío se hacía insoportable; 3ºC me marcaba el reloj, pero la sensación térmica era menor porque soplaba un viento jodón (y los manguitos, el chalecho, el cortavientos,… en el coche, aburridos). Cuando llegamos a las antenas de Cabeza Grande no sentía los brazos ni las manos… me costaba hasta abrir un gel.
Desde allí comenzamos a descender por la zona de tojos, una pista, y después por la parte modificada del trazado: una bajada muy larga y rota, con abundante vegetación, que estuvo muy chula. En la parte más baja corríamos hacia Requeixo y Placín por una zona más fácil (y con un tramo de asfalto, arrgh). Se notaba el cansancio en las piernas, pero por lo menos ya no hacía frío.
¡Y ahora a chuzo para arriba! Si ya jodía subir a Penedos, pues venga, a arrancar desde más abajo. Al pilón de Paradela la peña solía llegar fundida, pero ahora se notaba el aumento de la dureza, pues había caras desencajadas, y eso que aún faltaba. Por mi parte me tomé la subida que da nombre a la prueba con filosofía, en plan caminar con ritmillo y sin parar, guardando para el último «cortafueguitos», y para los 2/3 últimos kilómetros, que siempre se me atragantan.
Al final entré en meta bastante «entero», con sensación de que podía más. Salieron 5:23:00 y 1880mD+, pero de 42km nada de nada. A mí ya no me cuadraban los tiempos durante la carrera, y pensé que serían sensaciones mías, pero después comprobé que a casi todo el mundo con GPS le daban 45km y pico. Que da igual, cuanta más distancia mejor.
Ya había llegado antes JL, que tuvo un muy buen papel en modalidad MTB, incluso con opciones de ganar. Y un ratito después de acabar yo, entró NU que también finalizaba su 4º «maratón» de Penedos do Lobo. Sólo faltaba ir a comer al self-service con las chicas, comentando la mañana, para conservar la tradición.
Fotos: web Penedos do Lobo, foro CenG, y col.priv.
Algun año tengo que ir p'alla a correrlo. Ese perfil tiene muy buena pinta. Saludos.