GMTA: Folgoso do Courel (3/5)

En unos días en los que la mayor parte de españoles estaba pendiente de uno de los 5 «partidos del siglo» que se iban a disputar en unos días, marchamos para tierras del Courel para correr la prueba más larga del circuito: 32km según la organización, 34km según los participantes (en el monte como en las manifestaciones, con los números nadie se pone de acuerdo), y 1400mD+ según mi Polar.

Para mí fue la peor. Ya no estaba yo muy fuerte, aunque algo mejor que al incio del año, que, aún por encima, a los pocos kilómetros de empezar se me dio por andar a patadas con una piedra (aficiones que tiene uno), y me hice daño, rompí las zapas, los dedos sangrando, las uñas moradas,… pero fiel a mi filosofía, llegué (casi en 5h, pero llegué). Eso sí, al final sufrí de lo lindo: sin fuerzas, dolorido, pisando raro,… y rallado de la cabeza. Por cierto, y con RL písandome los talones, pues cuando yo estaba terminando de estirar y refrescarme en la fuente, apareció ella en meta. ¡Bien hecho!

Pero hay que reconocer que la carrera estaba bien y tenía de todo: bonitos valles y senderos; ¡un oso colaborando de voluntario!; un vadeo del río Lor; zonas de rodar rápido; sin petadas pero con buenas subidas; un trozo técnico (bajada en cortado, caos de rocas con musgo en el cauce del río, y a continuación subidita trialera); varios puentes tradicionales de madera, con unos clavos saliendo que daban miedo; bajadas tranquilas para disfrutar; cuestas finales para rematar a la gente; etc. Algunas personas se quejaron de que era un recorrido peligroso, pero la verdad es que no lo creo: salvo el tramo técnico (en el que había personal de la organización y sanitarios), el resto fue muy tranquilo y divertido.

A mí me gustó mucho, y eso que los últimos kilómetros, desde una aldea que cruzábamos con firme de cemento, fui arrastrándome cual sabandija; y arrastrándome literalmente, porque para que no me dolieran los pies iba procurando levantarlos lo menos posible.

En definitiva: buen finde y compañía en Quiroga y Folgoso; carrera dura pero bonita; paisajes que molan mucho; y buen detalle el del árbol de recuerdo al entrar en meta, junto con el habitual abrazo de Moutinho (lástima que se me secó, sniff).



GMTA: Arenteiro a Carballiño (2/5)

Segunda prueba del GMTA, esta vez en la provinvia de Ourense, y con un recorrido lineal. Y esta engañó; o al menos a mí se me hizo muy dura (también reconozco que fui en unas condiciones de salud un poco chunguillas). La propuesta a priori no parecía muy exigente: desde Pazos de Arenteiro a Carballiño, siguiendo el cauce del Arenteiro, y creo que el del Avia, durante unos 14km, que en el briefing nos dijeron que se habían transformado en 16, y al final en 17 y pico (véase Misterios sin resolver).

Nos desplazaron en autobuses desde Carballiño hasta Pazos de Arenteiro (por cierto, pueblecillo chulo para acercarse a pasear por su arquitectura y naturaleza), donde tuvimos que esperar a que se diera la salida. O debería haber dicho desesperar, porque estuvimos allí mogollón de tiempo, quietos, chupando frío, y sin ropa a mayores, esperando un buen rato a… ¿no sé a qué?

Cuando se dio la salida me coloqué en la parte posterior, y entre la callejuela inicial y unas escaleras estrechas en una finca que había que pasar a los pocos metros, se formó un tremendo embudo que ralentizó mucho el tema y nos dejó descolgados a los de atrás. ¡Adios podium! (modo ironic on).

Los kilómetros iniciales fueron por senderos, en ligera subida y después en bajada, hasta llegar a un paso muy original: un puente semiderruído. A partir de ahí, el grueso de la carrera fue un sube y baja continuo, por pistas anchas básicamente y algún sendero, que nos llevaba de la parte alta del valle hacia el cauce del río, para volver a subir, y a bajar, y subir… Fue un trozo bastante rompepiernas. La parte final fue más asequible: teníamos que acercarnos a Carballiño por senderos, paseos, y la zona de rocas y pasarelas que está en el río, hasta que ya junto el parque y los chalets nos esperaba un último kilómetro urbano que para los que iban tocados, como es el caso, se hizo interminable.


Al acabar, unos minutos por encima de las 2h y demasiado tocado para los 750mD+, tenía fiebre y hambre, así que sólo pensaba en dos cosas: medicamentos y empanada. Ambos los «degusté», sin poder tragarlos muy bien, mientras esperaba que llegase mi RL que también acabó dignamente la carrera.

Me gustó la zona, y no está lejos, así que habrá que ir a dar algún rule por ahí de vez en cuando. Y hay que reconocer que cosas como la salida entre pazos de piedra, el esperado paso del puente, o la recta de meta hasta la Plaza del Concello, le dieron un aire diferente a la carrera.



GMTA: Río da Fraga (1/5)

Este año estamos de suerte y contamos realmente con un circuito de carreras de montaña en nuestra comunidad, el Galicia Máxica Trail Adventure, formado por 5 pruebas a disputar a lo largo de todo el año. Como no tiene mala pinta aproveché la oferta que hacía la organización inscribiéndome del tirón a todas.

Y ya empezó. La prueba que inauguró este GMTA fue ya el pasado domingo 13 en la localidad de Moaña. Como era la primera, se notaba mucha ilusión en el ambiente, pero no muchas ganas de salir a correr, porque esa mañana… ¡caían chuzos de punta! («isto é Galiza, baby»). De hecho, un rato antes de la salida el chaparrón, y el consecuente ruído en las chapas del pabellón en que se entregaban los dorsales, eran tan fuertes, que mucha peña estaba con cara de circunstancias pensando, ¿salgo o no salgo? Por suerte, un rato después la lluvia amainó un poco, y se aprovechó el momento.

El circuito, bonito, sobre todo en la primera parte en que se seguía el cauce del río por la ruta de senderismo, con algunas pasarelas de madera, siempre ascendiendo, y siempre entre árboles y pisando raíces. Había que andar con ojo a resbalar o pisar mal. Después había una zona de pistas más llevaderas, salvo por algún trozo de cortafuegos que ponía la cosa más dura, que nos llevaba a las antenas del Xaxán (célebres por la canción de Siniestro Total, que no pude evitar tararear). Este era el punto más alto de la carrera, y, desde allí, a tronzo para abajo, por caminos y cortafuegos en los que patinabas a la mínima (en algunos bajé medio de lado, deslizando). Ya en la parte final la bajada se hacía más suave, haciendo a la inversa el inicio de la ruta que habíamos cogido al principio, y acabando junto al pabellón y los colegios.

Al final no sé cuánta distancia salíó (¿unos 18 o 19km?, tampoco me preocupa), pero el reloj me marcó 700mD+. Da igual, el caso es que estuvo bien, pues sólo iba con la intención de pasarlo bien y acabar (al final fue en 2h, que tampoco está mal para no estar muy bien y andar con algún problemilla físico), disfrutando además de la combinación monte-lluvia-barro-niebla, que se hizo muy divertida.