A veces vas a un sitio con un plan, y acabas haciendo otro mejor. En este caso la visita a Castro Laboreiro era para hacer unas rutillas por esa parte norte del Parque Nacional da Peneda-Gerés, que tiene un entorno alucinante para patear y para trotar, y sin saberlo de antemano nos encontramos con el Chocolate sem fronteiras.
Además de bastante buen rollo con la gente que asistió (poca, la verdad), como suele ser con los vecinos portugueses, disfrutamos de un montón de actividades en torno a la histórica producción de chocolate de la zona miñota (sur de Galicia y norte de Portugal): visita al museo antropológico y la antigua frábrica, visita teatralizada al castillo, rutas de senderismo, feria de productos, proyeccion de audiovisual… e incluso un evento de geocaching. Y, claro está, degustación de chocolate en varios formatos: luego ya nos ocupamos nosotros de complementarlo con un buen bacalhau con broa y con cordero a la brasa.