BRM400 Polo Camiño de Santiago

Siguiente pasito en esto del randounnerismo, y otra vez de la mano del CC Riazor y sus brevets por tierras gallegas, en esta ocasión sumando 100Km más a la cuenta.

Para esta distancia ya se sale el viernes noche, concretamente a las 22h, por lo que los casi 20 valientes todavía tuvimos algo de luz en las primeras pedaladas. Desde el minuto 1 noto varias molestias en la pierna derecha, pero no quiero preocuparme mucho todavía. La noche nos cogió yendo hacia Betanzos, antes da costa da Sal, y el cambio de día en Guitiriz, primera parada estratégica… en la que en un bar nos atendieron amablemente a través de la verja. Empezó a refrescar, pero como rodábamos en grupeta, intentando mantener un ritmillo para aprovechar la parte rodadora por la zona de Begonte y Rábade, no se notaba el frío. Al llegar a Lugo, a eso de las 2AM, ya se notaba algo más, y en Baralla ya había calado y hubo que abrigarse con todo lo que llevábamos. Esta fase nocturna la hice en mi modo ultra: intentando evitar los dolores en la pata, conservando fuerzas, regulando el coco, y aprovechando la mezcla de haces de luz (costumbre aventurera). Aunque me equivoqué en no cumplir mis protocolos alimenticios.

A partir de Baralla, subiendo a Campo da Árbore, y ya más claramente al bajar a Becerreá y encarar el puerto del día, nos fuimos disgregando en grupitos. La subida a Pedrafita do Cebreiro es larga pero constante, sin petadas; tal vez lo que más se atraganta es el tramo entre el pueblo en la N-VI y O Cebreiro, pero como pilló con el alba me animé un poco. Aún así, el tramo hasta el Alto do Poio el asfalto agarró lo suyo.

Tras esos 170Km iniciales, el recorrido engancha el Camino de Santiago por su ruta francesa… pero por carretera. Para los que ya lo hemos hecho unas cuantas veces, la sucesión de puntos de paso ya resuena en nuestra cabeza: Triacastela, Samos, Sarria, Portomarín, Palas de Rei, Melide, Arzua, Pedrouzo, Santiago. Todo este tramo jacobeo del brevet se hizo duro. Al amanecer un viento y un frío de narices, haciendo de la bajada a Triacastela algo desagradable; a la mañana un solecillo con algo de viento que hacía que dudases en si mantener el cortavientos o ponerte de corto; y a partir del mediodía un solazo y un calorazo de aúpa. En la parte central de este tramo tuve una pequeña crisis, creo que por llevar muy mal lo del comer (siempre con retraso, con poca chicha por la noche, y un desayuno muy tardío). Así que en Melide hice una parada larga, de las de mesa y plato, y recuperé un poco para intentar estar en Santiago de Compostela a eso de las 16, cosa que pude cumplir gracias a sufrir un poco en la sucesión continua de bajadas-repechos, que al pasar por Pedrouzo y el aeropuerto de Lavacolla ya me obligaron a meter todo en el cassette por muy poco que fuese el porcentaje. A los pinchazos en la pierna se sumó bastante dolor de pies, de pedalear a pistonadas, y la fundición de patas. Vamos, que no estaba claro lo de acabar.

En Santiago sello, justo al lado de mi curre (no creo que me lo cuenten como horas extra), y avituallo con calma, especialmente en lo que a hidratación se refiere, porque las últimas horas fueron duras para el cuerpo. Llevábamos 330Km, y quedaba más distancia que fuerzas. De ahí que el siguiente tramo, saliendo hacia Santa Comba para sellar en Bembibre (último CP), se me atragantase bastante. No sabía si tomármelo de relax, parar a descansar y luego rodar tipo paseo, aprovechando el margen de tiempo, o si apretar un poco y llegar cuanto antes. El caso es que fui pedaleando chino chano con esas dudas y, cuando me di cuenta, ya estaba en A Silva. Ahora ya del tirón, que es conocido (¿por qué siempre ponen este tramo en un sentido u otro?), y llevadero. La verdad es que quise acelerar un poco en los últimos kilómetros, pero las piernas no me respondieron. Aunque sí que les pedí un poquillo más de potencia cuando por el puente Pasaxe vi el reloj y me propuse llegar antes de las 20h.

Vamos, que otro brevet a la saca: 408Km, algo más de 6500mDa+, y en 22h de tiempo bruto. Durillo por la temperatura (ir congelado y asado en la misma salida no es habitual), y porque llevé el cuerpo un poco en reserva y medio avariado. También creo que la elección de ropa y bolsas no fue la ideal, pero de todo se aprende. Mola ver Galicia pedaleando.

Fotos grupales tomadas del FG de Randonneurs Galicia.

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: