5-1

La noche del 13 al 14 de junio nos cayó un 5-1. Obviamente me refiero a nuestra visita a Sierra Nevada, ¿a qué otra cosa podía ser? El objetivo era hacer un entreno amistoso en altura, y a ser posible llegando a 5 cumbres de más de 3000m en 1 día (por aquello del pico-average). Aunque el míster me había convocado desde un principio, lo cierto es que hasta esa semana contaba con chupar banquillo, pero finalmente pude hacer mi modesta aportación al juego del equipo, cuya alineación titular fue: JS, CV, AV, SM, y FC.

El pitido inicial se dio en Trevélez (1520m), a eso de las 6h y con melodías acid-progressive de fondo procedentes de una fiesta que se celebraba en el pueblo; como nosotros somos más de techno-house, decidimos no quedarnos y tirar para arriba. Tras un par de empinadas calles de cemento entre las típicas casas blancas de la Alpujarra, los primeros kilómetros fueron siempre ganando metros, primero entre fincas y después por senderos más despejados. Íbamos cautelosos, analizando al rival, es decir, con marcheta pero sin correr. Y a la 1h15min ya estábamos en la zona de la Campiñuela (2560m), donde cruzamos un río llamado Culo de Perro (no hizo falta sacar tarjeta amarilla, se llamaba realmente así), para seguir subiendo por la loma del mismo nombre. El terreno se puso más árido y rocoso, y en ocasiones se subía ya a chuzo por las lajas sin una traza clara, cada uno a su bola, en un momento de juego individualista.

Un rato más hacia el NO y anotamos los primeros tantos: el Peñón del Globo (unos 3289m), bajar unos metros, y contraatacar la cima hermana, el Peñón del Globo Occidental (3296m). El siguiente tramo era plano, pero lo tomamos con calma porque era técnico y no apto para bromas: a la izquierda nos quedaba una zona con un gran patio, sin problemas aquel día por la actitud que llevábamos y el tiempo espléndido que tuvimos, pero allí habría que tener mucho cuidado un día de lluvia (ya no digamos de nieve), pues un tropiezo en un regate acabaría en algo más que lesión. Afortunadamente el mister JS había preparado bien el encuentro y siempre nos daba las indicaciones adecuadas. Otro ratito más, y otros dos goles: el Puntal de la Cornisa (3316m), desde el que ya apuntamos a nuestra derecha a la antecima y la cima de la Alcazaba (3369m).

El pequeño avituallamiento y la motivación hicieron efecto, y el ritmo empezó a aumentar. Por un par de bajadas rotas y algunos tramos con nieve, fuimos bajando por la Cuneta de la Alcazaba y la Colaera (bajo la pared anterior), hasta las Siete Lagunas (2900m). Giro brusco a la derecha, y a subir de nuevo, haciéndose ahora patentes las posiciones naturales de cada uno en el campo: SM y AV en la delantera, CV de extremo, y JS en el mediocampo; yo a la zaga, haciendo de cierre o último hombre. Fue por eso, y un poco también porque iba regulando para no fundir, que me quitaron unos minutos en el punto álgido del encuentro: la cumbre del Mulhacén, 3478m y techo de la península ibérica (la estrategia inicial tenía previsto incluir el Veleta, pero las condiciones del terreno de juego lo desaconsejaron).

Además del vértice geodésico, allí arriba debía estar el palco presidencial, pues la afluencia de público VIP era grande. Mis compañeros apenas me dejaron descansar y disfrutar del momento, pero no puse muchos reparos porque sabía que llegaba lo que me gusta: bajar y bajar. Al principio ladera empinada y zigzagueante, con piedra suelta, después senderos más pisados con rocas salpicadas; todo el rato paralelos al barranco del Poqueira (que en algunas cartografías aparece como río Mulhacén). Algunos miembros del equipo empezaron a acusar la fatiga, y de forma espontánea pasé a ser yo el centrocampista durante unos kilómetros. Al llegar al refugio de Poqueira era ya siempre tirar hacia el S, siguiendo los cauces de varios riachuelos y pasando por varios cortijos. A la altura de una pequeña central eléctrica, ya por debajo de 1600m, ya estaba casi todo hecho. Aunque esos minutos de descuento se nos hicieron algo largos por culpa de una inesperada subida por pista ancha y mucho calor, y un sendero en llano-bajada que nos llevó finalmente al pueblo de Capileira (1440m), donde finalizó existosamente el partido.

Los números fueron aproximadamente 32km, casi 3000mDa+, en 8h (7h en movimiento),… y una porrada de kilómetros de furgoneta para subir y bajar a Granada. Y es que aunque la ruta, y la ducha posterior en una acequia, dejaron buen sabor de boca, el viajar-correr-viajar hizo algo agobiante el fin de semana. De todas formas no hubo problemas, lo pasamos bien, y ya deseamos que haya otra concentración.

3 comentarios en «5-1»

  1. Hola Paco. La jornada no estuvo mal, por la compañía y por esos 5 tres-miles en una mañana, pero desde mi tierra hasta Granada hay mucho tute de coche, y el fin de semana se me hizo algo agobiante.

    En breve nos vemos en tu zona. Un saludo.

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  2. Muy buen trabajo y aunque fuese un finde "express" lo disfrute enormemente por el lugar, la actividad que realizamos y sobre todo el buen ambiente de la grupeta!!! A por otra!!!

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