Conocer, lo conocía, pero nunca lo había practicado. Y la verdad es que Galicia, con tantos kilómetros de costa y tantas rías, es un paraiso para ello. El coasteering o «costering» es una actividad que mezcla un poquito de varios deportes que molan senderismo, natación y buceo, escalada, barranquismo e incluso de espeleología. Viene a ser desplazarse de un lugar a otro justo por la línea litoral, por lo que habrá que progresar por las rocas, por el agua, saltar, rapelar, trepar y destrepar, etc. Y por supuesto, siempre con respeto y cuidado, también se puede jugar, y aprovechar para ver la costa desde otra perspectiva, y apreciar curiosidades geológicas y de flora y fauna que de otra forma no serían posibles. Vamos, que es completito a nivel físico y mental, y también cultural, que es lo que le mola a un buen bruto como yo.
Las pasadas semanas, aprovechando que el club AROMON organizaba un par de salidas, allá que fuimos.
La primera jornada fue en Corcubión, y salió un día perfecto. Así que pese a estar en la Costa da Morte coruñesa no había peligro, y además el recorrido era bonito y fácil, poco físico, ¡y muy juguetón! Un montón de saltos diferentes (ninguno obligatorio), pasos estrechos, cuevas… Este es para repetir e ideal para iniciarse.

Aprovechando un festivo, unos días después fuimos a la zona de la Costa da Vela. Este fue bastante más exigente, tanto de fuerza como de técnica… y además aquí el mar estaba más bravo, así que en algunos puntos había que tener mucho cuidado con el agua y las olas. Vamos, que aquí incluso tuve un par de momentos de caquita. Además, hacía bastante calor y no podíamos refrescarnos mucho (es más «de secano»), por lo que acabamos medio deshidratados. De hecho, con todas la coñas acabé reventado… pero unos días más tarde ya estaba pensando en cómo hacerlo otra vez.
Esta modalidad queda ya fichada para cuando haga buen tiempo, porque además tiene otra cosa que me moló: no necesitas el despliegue de medios de una tarde de kayak o barranquismo. Y eso también mola.